Empieza con ser ese observador perplejo de un mundo tan diferente y tan hermoso que es difícil entenderlo al principio. Muchas personas hablan de Varanassi o Benarés al norte de India como un lugar pobre, repleto de pobreza, sucio, etc...
Yo por el contrario vi infinidad de colores, sonrisas, oraciones, canciones, velas, olores, y un amanecer como nunca en la vida, con un contenido netamente respetuoso hacia la divinidad, hacía la unión, hacía el todo.
Hablo de una infinita tranquilidad dentro de un caos organizado, que es, como he dicho antes, difícil de describir.
Sus habitantes se me llevaron un pedacito del corazón, personas que viven en situaciones realmente precarias y no existe el día en que no madruguen a agradecer a Dios, porque sí, por la vida, por la familia, por el alimento que es escaso pero que consiguen con su fuerte trabajo, por el sol, por el sagrado rio Ganges, por lo que sea... Veo ese sol saliendo y tantas velas prendidas agradeciendo por el maravilloso regalo de la vida que esta en simplemente en existir y aceptar quienes somos en este mundo.
Nos consumimos en los problemas sin entender que no debemos salir corriendo de ellos sino elevarnos en Dios, convertirlos en una oportunidad para crecer y demostrarnos a nosotros mismos de qué estamos hechos, siendo la mejor versión de nosotros mismos como ofrenda a ese creador que por una o otra razón nos dio la vida. Ese amanecer que evoca que la noche murió para dar paso a un nuevo día, ese sol que cada día enciende la llama que llevamos dentro y que no difiere en nada a la fuerza del sol que nos calienta.
Esas personas de Varanassi que tienen "tan poco" pero que tienen a Dios en su corazón ¨no tienen poco¨, lo tienen todo. Llegamos a este mundo sin tener muy claro por qué, pero lo que si es bien cierto es que depende de cada momento lograr que haya valido la pena. Un nuevo día una nueva oportunidad. Qué luz vas a encender hoy?
